Dado el evidente espíritu vinícola de turismodevino.com, “La Herencia” gira en torno a este mismo mundo tan maravilloso que es el vino. No hace falta tener conocimientos previos sobre el mismo ni ser experto en vino para poder participar de este team building tan original que llevamos a cabo en bodegas (aunque se puede realizar en otros lugares) . El concepto gira en torno a la idea de una bodega que un tío abuelo ha dejado en herencia a sus numerosos familiares. Como consecuencia de la complejidad que supone dirigir una explotación como ésta, la condición que pone en su testamento es que tendrán que determinar qué grupo de la familia está más capacitado para continuar con el proyecto. Para ello, se tendrán que superar diversas pruebas y el grupo que más puntos obtenga será el que se haga con la finca y los viñedos.
Es entonces cuando, una vez dividida la plantilla en diversos grupos familiares, comienza el juego en el que se decidirá quiénes son los más astutos para poder dirigir la bodega. La competitividad está presente a lo largo de toda la actividad, algo que también forma parte de la rutina diaria en la oficina. A pesar de la creencia generalizada de que es un elemento negativo, lo cierto es que es algo positivo que inevitablemente forma parte de determinados entornos laborales y que ayuda a superar las metas personales y profesionales de los trabajadores, aunque sin que en ningún caso se roce la mala sintonía. Más allá de la competitividad interna tenemos que pensar igualmente en la competencia propia de un sector o de un mercado.
En caso de que esto último ocurra, con el team building de “La Herencia” aprenderán a canalizar sentimientos negativos, ya que los empleados se darán cuenta que, aunque haya que competir unos con otros, el fin es común para todos: mejorar e incrementar el resultado, dándose cuenta que no hay que competir con el compañero de tu mismo equipo, sino con el del contrario. En definitiva, no se trata de demostrar quién es mejor o peor, sino quién sabe hacer mejor determinadas tareas, especializarse y conseguir en equipo un resultado óptimo.
La comunicación es otro de los factores que se trabajan en un team building. En este tipo de actividades se plantean diversas pruebas, algunas físicas y otras más relacionadas con el ingenio, por lo que, para el caso de estas últimas, se obliga a los participantes a que establezcan un contacto directo con el compañero. Para ayudar a alcanzar este estado, lo que se plantea en este tipo de retos es escoger un portavoz que comunique al guía o animador del team building la decisión que se ha tomado en consenso entre todos los miembros del grupo. No obstante, en ningún caso ese portavoz hace el papel de líder del grupo, pues no hay que olvidar que en este tipo de actividades todos están al mismo nivel.