Retrocedo en sentido al Born por Via Laietana para volver al corazón del Born. Otra opción sin duda sería dirigirse en la dirección contraria por Calle Sant Pere y acudir al Museu de la Xocolata, en donde se puede descubrir la historia desde la perspectiva de este delicioso dulce. Ya solo entrar y respirar el aroma a cacao vale la pena, pero si entras en el museo, además de descubrir la historia de las tradicionales “Monas de Pascua” podrás comerte la entrada. Y esto es literal, ya que cuando compras la entrada del museo te dan en la taquilla en vez de un ticket de papel, una chocolatina. Pero hoy, como ya he comentado, iremos de vuelta al corazón del Born, y éste no es más que la Iglesia de Santa María del Mar. Iglesia de estilo gótico del s.XIV que fue sufragada por los trabajadores del puerto y marineros, a diferencia de la catedral que se construyó al tiempo, aunque ésta se asociaba a la nobleza, monarquía y clero. Los vecinos del Born, así pues crearon su particular “Catedral”. Tras una breve visita, os recomiendo visitar “La Botifarreria” en la Calle Santa Maria. Este negocio comenzó hace más de un siglo como charcutería, pero fue la actual familia la que la convirtió en los años cincuenta en el lugar que es hoy. Y es que ya el simple hecho de entrar en este espacio lleno de delicatessen regionales, es un placer para el olfato y ya te digo yo que si compras…para tu paladar. Aquí podéis encontrar todo tipo de butifarra catalana. La tradicional, con manzana y curry, setas, queso de cabra y un largo etcétera. Aunque también podréis comprar diferentes fiambres curados. Yo personalmente compro Xolis, mi favorito, aunque hay todo tipo de chorizo, fuet, payesa, quesos nacionales e internacionales, Ah! Y siempre está lleno este lugar.