En primer lugar vemos una clara vinculación entre alto consumo y países que son paraísos fiscales: a las ya mencionadas vecinas Andorra y Gibraltar se unen Norfolk Island, por encima de los 35 litros por persona y Bermuda o las islas Caimán se mueven en el entorno de los 23 litros.
Parece una constante que en los paraisos fiscales se consume mucho vino (no hemos analizado si lo mismo ocurre con otras bebidas) El hecho de que muchos paraisos fiscales son también lugares de vacación (como Bermuda) puede aportar información a este dato. El alto nivel de ingresos per cápita de estos lugares implica sin duda que el consumo sea alto en prácticamente todas las categorías de productos.
En el caso de Grecia, la situación de la crisis implica una bajada en el consumo, pero éste se encuentra aún en una cifra muy superior a la Española: casi 28 litros frente a los 21 españoles.
Vemos también el impacto de la religión en el consumo, con países como Afganistán, Pakistán, Arabia Saudí o Siria con consumos nulos.
El consumo se concentra en Europa y en países que han tenido una influencia fuertes de culturas Europeas. Los casos con contrastes más marcados los podemos encontrar en América del sur donde países productores como Chile o Argentina presentan consumos altos como los países Europeos, mientras que otros como Venezuela están mucho más cerca del caso de países musulmanes (con un consumo de un tercio de litro por persona al año) Para hacerlo más gráfico, el consumo de vino en Venezuela es como una lata de refresco al año.
Las influencias culturales están muy presentes, si bien es evidente que la globalización va dejando su huella. En Polonia o Finlandia, países tradicionalmente muy cercanos al consumo de vodka, los consumos de vino están muy por debajo de sus vecinos más cercanos.
Entre los casos que llaman la atención se encuentra Namibia, con un consumo cercano a los 10 litros por persona y año, muy alto para los países africanos. Namibia es, de hecho, uno de los países con mayor consumo de alcohol del mundo. Si comparamos el consumo de vino con el de cerveza, ¡ésta última es consumida hasta 6 veces más que el vino!