La crianza es el paso en el que los vinos se introducen en barricas de roble. Este proceso se denomina también crianza oxidativa, ya que el vino se oxida durante el tiempo que pasa en las barricas por la entrada de muy pequeñas cantidades de oxígeno através de los poros de la madera. Esta aportación de oxígeno se combina con la aportación de la propia madera. La madera tiene taninos y estos aportan complejidad (estructura molecular al vino) y sabores y notas de sabor que luego se hacen notorios en la cata.
Dependiendo del tamaño del poro y del tostado de la madera de una barrica la misma aportará unos sabores y permitirá un nivel de oxigenación determinado. Las bodegas optan por unas barricas u otras en función de lo que busquen en el vino, pero también en función de su precio. ¡Las barricas pueden ser muy caras!
Se suelen usar entre 3 y 5 años y , posteriormente, se venden para la elaboración de whiskies, cognacs o para decoración.
En la Unión Europea existe una regulación muy fuerte sobre la crianza de vinos y actividades como la introducción de chips de madera, por ejemplo, no está permitida (esto permite dotar de sabor amaderado de un modo más rápido al vino)
Si quieres sentirte como un bodeguero o tienes que hacer un regalo especial para un amante de vino te recomendamos unas botellas de roble que se venden actualmente en el mercado. Al introducir el vino en ella (un vino joven, barato) conseguimos que el mismo gane complejidad. Sus fabricantes han hecho muchas pruebas de cata a ciegas y los resultados parecen muy convincentes. Se puede usar tanto para vino como para otras bebidas. Es un reglo super original para hacer a alguien, o una idea para desarrollar su hobby para cualquier amante del vino.