Un paso que quita el hipo por las estribaciones pirenaicas nos deja en Navarra. Pasaremos por Pamplona e Irache, localidad donde se encuentra la famosa fuente del vino. Los peregrinos pueden beber vino, el que la garganta requiera en ese momento (pero no depositarlo para el Camino posterior). En esta parte del Camino, algunas bodegas de Navarra son visitables, y el Caminante bien podría detenerse unas horas para su deleite… y descanso.
El siguiente punto vinícola del Camino será Logroño. La capital riojana, hogar de numerosas bodegas y donde se asientan algunos viñedos míticos en sus cercanías, acoge al Caminante, que no dejará de ver viñedo durante toda la ruta que le conduce a Santo Domingo de la Calzada (a su paso quedará Nájera, localidad conocida por su vinculación al vino).
Muchos Peregrinos toman dirección a San Millán de la Cogolla antes de ir a Santo Domingo; un desvío que merece la pena para el Caminante, que podrá encontrar un lugar muy estimulante para el objeto que se supone al Camino; la Sierra de la Demanda al Sur de Rioja ofrece un hermoso escenario para el Peregrino.
Tras muchos kilómetros, pensamientos y días de cansancio (“positivo”) el Peregrino encontrará en León y la Comarca del Bierzo un renovado paisaje de viñedos. Antes de adentrarse pasado Villafranca por el difícil paso a Galicia, el Peregrino podrá disfrutar de los Mencías y Pietro Picudos que ofrece León. Una parada para visitar una bodega del Bierzo no es obligada (faltaría) pero si recomendable.
Si las fuerzas han aguantado, el Peregrino disfrutará de ese momento que siempre se describe como extenuante pero mágico, que es la llegada a Santiago… momento de celebración y brindis. Con vinos blancos Gallegos. Como decimos, el Camino bien podría ser Camino del Vino de Santiago.
Una opción fantástica para disfrutar del vino en bodegas del Camino es realizar el Camino de Santiago en coche. Podrás comprar vino en cada parada y, si bien no podrás beber y conducir, podrás combinar trayectos en coche con otros más cortos a pie.