Los siglos pasaron y ya en el s XVIII se crea la que digamos fue la precursora de la Denominación de Origen, La Real Junta de Cosecheros, con sede en Fuenmayor, La Rioja. Esta reunión de los diferentes responsables de los pueblos productores de vino, deciden una serie de reglas tales como “Los habitantes del pueblo X no podrán adquirir vino del pueblo Y hasta que las reservas del pueblo X no se hayan agotado”, también reglas sobre calidad de los vinos y tras algunas reuniones se decidió comenzar a exportar al mercado inglés, vía el puerto de Santander. Todo un nuevo negocio para los agricultores de la zona.

Pero el gran cambio vino unos cien años más tarde, cuando la filoxera atacó a Francia y la producción y comercialización del vino de Rioja comenzó a incrementar, además de las nuevas conquistas en el mundo enológico adquiridas gracias a la experiencia francesa como la crianza en barricas de roble. Rioja y su vino no había más que despertado en el mundo. La aparición de la filoxera dio un empuje tanto por los conocimientos adquiridos, así como tecnológico gracias a la Primera Revolución Industrial y la Revolución del Transporte, que llegó a La Rioja de la mano del vino, pero ¿Cómo afecto la revolución industrial al vino riojano? Con la llegada de los vinateros bordeleses a tierras riojanas para llevar vino a Burdeos, se utilizó lo que para la época fue un grandísimo avance económico, el tren. En la localidad de Haro se establecieron diferentes bodegas (que aún hoy día son visitables) alrededor de la estación de ferrocarril. Estas bodegas formaron lo que hoy en día llamaríamos clúster, para poder reducir costes y así ser más rentables. La estación de tren iba desde Haro (El Barrio de la Estación) hasta el puerto de Bilbao, en donde se embarcaba el vino rumbo a Francia o Inglaterra.

Pero si lo de sentarte sobre una manta entre viñedos o lo de comer en el campo no es lo tuyo, puedes optar por una visita a una bodega de prestigio con una comida de calidad en algún restaurante de la zona o incluso en la misma bodega, como puedes hacer con nuestros productos de Visita Muga y Comida Riojana o Visita Marqués de Riscal con Comida. De hecho, en la última bodega nombrada, en su precioso hotel diseñado por el canadiense Frank Ghery, se puede disfrutar de un menú de Estrella Michelín en uno de sus restaurantes.
Bodegas con restaurante podríamos destacar Baigorri que dispone de un menú degustación que se puede disfrutar después de la visita. El precio es de 50€. Si deseáis algo un poco más económico, en nuestra web disponemos de Visita y Comida en una bodega muy peculiar en la zona de Laguardia, El precio de la visita con la comida degustación es de 39.90€ en el que se incluye la visita con cata de 3 vinos y un menú degustación con 5 platos maridados con los vinos de la bodega.
Disponemos además de Visitas Gourmet y maridadas en las que se combina la visita con un pequeño maridaje en la misma bodega e incluso productos exclusivos de Turismodevino.com en los que incluimos varios servicios para poder disfrutar de un maravilloso día enológico y gastronómico en Rioja.